Antes de encender los focos

Más de 30 profesionales participan en el montaje de un espectáculo como el Festival de Flamenco y Fado de Badajoz, el evento que a partir de este jueves reúne a artistas referentes de ambas músicas en el auditorio Ricardo Carapeto. Un equipo perfectamente engranado trabaja desde hace varios días en la zona para garantizar que no haya ningún problema que afecte al correcto desarrollo de los conciertos; para ello, la labor de la producción hace posible que todo esté listo antes de que se suba el telón y se enciendan los focos.

Javier Pardo, gerente de Actúa Ibérica, es el responsable de coordinar todos los elementos para conseguir el resultado final en el Festival, desde la parte técnica a la logística. Su objetivo es claro: cuando el artista ponga un pie en el escenario y dé comienzo el espectáculo, todo tiene que funcionar correctamente.

Para llegar a ese punto, han tenido que pasar varias semanas de planificación y organización. Para poner en marcha el Festival hacen falta distintas empresas, ya que cada labor lo desarrolla un equipo diferente. «Sonido, iluminación, camerinos,… todos son empresas diferentes que tenemos que coordinar», aclara Pardo. Una sincronización en la que la organización de los tiempos es fundamental para que todo vaya en orden y de la cual se encarga el responsable de la producción.

La principal misión de la producción es solventar las necesidades de los artistas, «especialmente las técnicas», las cuales se reflejan en el «rider» técnico. Junto a ello, el «backline» es el segundo documento que sirve como referente, en este caso, para conocer los instrumentos musicales necesarios para la actuación. Desde conseguir un piano o un contrabajo, cualquier reto tiene que ser asumido por la producción, muchas veces en tiempo récord, y con ciertas precauciones. En el caso del Festival de Flamenco y Fado, transportar un piano de cola o media cola hasta el auditorio Ricardo Carapeto requiere de un transporte realizado por una empresa especializada.

Con la parte técnica cubierta, aún queda otra tarea con la que satisfacer las necesidades del artist, y que en producción denominan «de camerino». «Desde un espejo de cuerpo entero a agua con gas, cada uno tiene sus cosas» -sugiere Pardo, sin desvelar más detalles- «Todo eso lo coordinamos para que se lleven un buen recuerdo de Badajoz y del Festival». 

Organizar los cambios de escenario entre actuaciones es uno de los «puntos calientes» del evento. El Festival de Flamenco y Fado programa dos conciertos cada noche y entre medias, el personal técnico dispone de apenas 30 minutos para cambiar el escenarios. «Estos cambios están muy preparados y no suele haber fallos, pero es un momento de nerviosismo en el que enciendes de nuevo todos los equipos de sonido y puede surgir algún fallo», asegura el responsable de producción del evento.

Mañana jueves, a las diez noche, habrá nervios detrás del escenario del Ricardo Carapeto. El trabajo de varios días comienza a dar sus frutos en el momento en el que se escuchan los primeros acordes y el foco se dirige hacia el artista principal. El equipo de producción cruzará los dedos sin dejar de esta pendiente de cualquier detalle por si hay que actuar de la manera más rápida posible ante una incidencia. Tras la actuación, mientras los aplausos del público despiden a los músicos, el equipo técnico correrá en la oscuridad del backstage para preparar el siguiente espectáculo, antes de que, de nuevo, se vuelvan a encender los focos.