Con ‘Cucaracha con paisaje de fondo’, comedia original trata temas como el deseo de ser madre, la continuación de la especie y la extinción del ser humano como máxima conclusión del ecologismo en la Tierra

La compañía madrileña Mujer en obras representa Cucaracha con paisaje de fondo, obra repleta de ironía y de verso sobre el deseo de ser madre el viernes 18 de octubre, a las 21:00 horas, en el Teatro López de Ayala. Este montaje llega al 47 Festival Internacional de Teatro de Badajoz con el Premio Max 2023 al Mejor espectáculo y autoría revelación.

Javier Ballesteros es el creador y director de la obra y María Jáimez, June Velayos, Virginia de la Cruz, Pablo Chaves, Matilde Gimeno, Laura Barceló y Eva Chocrón son los intérpretes. También contará con la flauta travesera de Isabel Arranz.

La duración de la obra es de 85 minutos. El precio de la entrada general es de 12 €, y de 6 € para personas con carné joven, pensionistas, desempleados y miembros de FATEX y UAPEX.

Esta función reflexiona sobre las lógicas que sostienen la continuación de los seres humanos en el planeta poniendo en duda nuestra condición inconquistable de especie superior. No hay mensaje ni moraleja. Son las preguntas suspendidas las que transforman a unos personajes que resultan más patéticos que heroicos.

Un balneario perdido adónde van a tomar las aguas las mujeres que no pueden tener hijos. Un lugar de mala muerte donde residen enfermeras y pacientes, mujeres suspendidas en un tiempo de espera infinito cuya integridad se verá en peligro con la llegada de una visita indeseable.

Guiados por un coro similar al de los clásicos griegos, los personajes se servirán de esta convención dialéctica para llevar a cabo sus enredos y jugar entre la tragedia, la poesía y la comedia del absurdo.

Mujer en obras nace en 2016 como un proyecto de creación colectiva que elige a la mujer como origen y desencadenante de la ficción. En su empeño por descubrir un nuevo espectro de personajes femeninos, desde la compañía se busca discutir los arquetipos que colonizan nuestras ficciones subiendo a muchas otras mujeres a las tablas. Con la certeza de que en la peculiaridad de cada una de ellas están los temas artísticos que nos convocan.
El lenguaje escénico particular celebra la duda. Mujeres que se cuestionan sin interesarse demasiado por las respuestas. Lo que ocupa, mueve y conmueve la creación es la pregunta como tal. Y la búsqueda subterránea que esta propone.