Nos sentamos a charlar con Carlos Lobo, promotor de los grandes eventos musicales que están poniendo a la región en el mapa de los festivales nacionales e internacionales
ROCÍO PÉREZ (R.P.): Desde fuera, el mundo de la promoción musical, espectáculos y eventos se ve como algo divertido, nada que ver con lo que hacemos en el día a día. ¿Cómo es ese mundo de complejo y desconocido?
CARLOS LOBO (C.L.): Es como cualquier profesión, tiene la misma complejidad que puede tener cualquier trabajo especializado. Nosotros disfrutamos mucho con lo que hacemos, y esto, como en cualquier oficio de la vida, es fundamental para desarrollar un proyecto. En nuestro caso, la clave es no perder la ilusión. Al final trabajamos para que disfrute el público, y ese reconocimiento es fundamental para que el día a día sea siempre una aventura apasionante.
R.P.: La economía influye directamente en el sector; ¿cómo han sido los últimos años? ¿Está cambiando el ritmo?
C.L.: La crisis nos ha afectado a todos, pero como en cualquier sector, sobrevive quien es imaginativo e innovador. En plena crisis nacieron los proyectos de macro festivales que hoy llevamos a cabo. Está claro que la situación económica es fundamental para desarrollar cualquier proyecto, en nuestro caso nos ha hecho más fuertes, porque hemos pasado de una dependencia a las administraciones a conseguir nuestros objetivos con patrocinadores privados o con nuestros propios recursos. Es más duro, sí, pero más satisfactorio. Aún así, es fundamental la colaboración de todas las instituciones. No hay que olvidar que estamos creando espectáculos para el disfrute de miles de personas, y sin olvidar a la gente, y siendo consecuente con el momento que vivimos, se puede superar cualquier circunstancia. El equipo humano con el que contamos supera cualquier bache, esa es la clave: el equipo.
R.P.: Desde su experiencia, con respecto a Extremadura, ¿cómo se viven los festivales? ¿Cuál es su aceptación?
C.L.: Extremadura es una tierra con muchos recursos. Somos una región extensa, con variedad cultural, medioambiental y económica. Tenemos festivales de todo tipo y es fundamental aportar un plus diferenciador. La competencia enriquece, como en cualquier sector. Nosotros no sólo apostamos por la organización de festivales, sino por la creación de espectáculos en múltiples puntos de la región. Nuestro objetivo con los grandes certámenes es generar una marca que se identifique con la población en cuestión. Y creo que lo estamos consiguiendo. Nacemos para sumar. Y mientras ofrezcas un producto de calidad y diferenciador siempre habrá hueco para todos.
R.P.: Poco a poco nuestra tierra se ha convertido en destino turístico gracias a las riquezas que tiene. En cuanto a los festivales, ¿cómo se posiciona Extremadura?
C.L.: Que Extremadura tiene todos los ingredientes para estar a la cabeza de la recepción de turistas es algo evidente. Y creo que se está aprovechando de manera adecuada. Aunque hay cuestiones, como las comunicaciones, en las que tenemos que seguir trabajando todos los ciudadanos. Tenemos una buena oferta, en la que hay que seguir trabajando para mejorarla, al menos ese es nuestro objetivo en lo que a eventos nos compete. Nuestras marcas, nuestros eventos, son mirados con interés en muchos puntos de España y Europa. Estamos levantando festivales que más de una capital europea quisiera, y lo hacemos desde Extremadura. Para nosotros es un orgullo, pero también un compromiso como ciudadanos. Nuestro objetivo es seguir trabajando para mejorar y posicionar, en la medida de nuestras posibilidades, a Extremadura, en la vanguardia musical.
R.P.: ¿Es Extremadura, por tanto, destino de festival?
C.L.: Sin duda. Contamos con espacios y recintos únicos, diferentes. Levantar un festival de música en Extremadura en espacios como el Teatro Romano o la Alcazaba de Badajoz nos aporta un plus diferenciador. No es sólo música, es respeto al patrimonio, es difusión cultural, es aprovechamiento de nuestros recursos. Al final, ofrecemos un paquete que nos hace diferentes e incomparables. Y de eso debemos ser conscientes. Un Festival no es sólo un escenario con patas, es un proyecto cultural, gastronómico y de ocio que beneficia a muchos sectores.
R.P.: Si por un festival se está nombrando a nuestra tierra ese es sin duda el Stone & Music Festival. Cuéntenos cómo surgió.
C.L.: La marca Stone ha calado en todo el país. Y es una satisfacción para el equipo humano que dirijo porque desde las primeras reuniones todos teníamos claro que queríamos ofrecer un evento que traspasara la música. Patrimonio y cultura como referentes, con un respeto máximo al recinto y con el objetivo de ser un faro de promoción cultural y turística. Y lo hemos conseguido. Hemos creado una marca que se asocia al patrimonio extremeño y emeritense. Cuidamos todos los detalles como si estuviésemos haciendo el festival en nuestra propia casa. Somos conscientes que el certamen es diferente y único. Nos queda mucho por hacer. Hace muchos años que queríamos desarrollar un proyecto diferenciador y de calidad en el Teatro Romano de Mérida. Y con la colaboración indispensable de las instituciones que trabajan en la conservación del monumento hemos creado en muy poco tiempo un festival que ya es fundamental en España.
R.P.: Mérida y piedras, Stone significa piedra. ¿Son inseparables ya las piedras y la música?
C.L.: inseparables. No tendría sentido la marca ‘Stone’ sin el recinto donde se celebra. Muchas ciudades de España, desde la primera edición, se pusieron en contacto con nosotros para que trasladáramos la marca, pero no lo podemos hacer. El Stone nace para el Teatro Romano, y es allí donde adquiere su sentido. Que los mejores artistas nacionales e internacionales actúen allí es un lujo para todos. Y siendo conscientes de ello trabajamos con un cuidado extraordinario. Hemos conseguido que las grandes giras nacionales soliciten formar parte del Stone. Y trabajamos con pulcritud para que los detalles estén a la altura del recinto.
R.P.: ¿Qué tienen estas piedras que tanto atraen a los artistas y al público?
C.L.: Su historia, su valor artístico, su uso. Un espacio creado para el teatro que sigue vivo más de dos mil años después. Es la envidia de medio mundo. Y el Stone ayuda a su difusión. El pasado año el Stone generó impactos mediáticos valorados en más de 15 millones de euros. Una campaña de publicidad que beneficia a todos los sectores emeritenses y extremeños. Es un trabajo de todos y beneficia a todos.
R.P.: Viajemos a unos 60 kilómetros de Mérida, Badajoz y su Alcazaba Festival, sin duda otro lugar con historia y con piedras. Intentemos ser visionarios; ¿será Badajoz también una de las piezas de esa pareja que hablábamos antes de piedra y música?
C.L.: El Alcazaba Festival crecerá, y lo hará porque estamos trabajando en la alcazaba árabe más extensa de Europa. Nos avala nuestro trabajo en otros recintos monumentales. El respeto y el cuidado con el entorno son nuestra piedra angular. Y si lo haces así, el éxito está asegurado. Badajoz merece un Festival que lo diferencie en un lugar único. Este certamen crecerá y se convertirá en un referente.
R.P.: Los 90s y Ara Malikian han sido los dos primeros conciertos de este primer año que se celebra. ¿Cuál ha sido su aceptación?
C.L.: Han sido un éxito. Lleno absoluto en los dos espectáculos. Badajoz quiere este festival y vamos a trabajar con todos los agentes implicados para hacerlo crecer. Más de 100 personas trabajando en un evento del que ya estamos sentados para que sea un referente en su próxima edición.
R.P.: Sigamos viajando, ahora al norte, Cáceres. Tras dos años en dique seco ha vuelto Extremúsika. ¿Qué le llevó a coger las riendas de este festival?
C.L.: La demanda del público. Cáceres es la ciudad perfecta para realizar un macro evento de este tipo. Cuenta con una gran instalación como el Hípico que tiene muchas posibilidades y la tradición musical cacereña no podía caer en el olvido. Extremúsika y Cáceres son nombres que no deben separase. Hablamos de uno de los festivales más multitudinarios de España. Y la mayor producción de Extremadura. La ciudad, patrimonio de la Humanidad, su cultura musical, la universidad y la calidad de su gastronomía hacen de Cáceres la ciudad perfecta para ser la sede de una de las marcas más reconocibles de los festivales españoles. Era un riesgo que merece continuidad. Cáceres responde cuando las cosas se trabajan con cariño y esfuerzo.
R.P.: ¿Cuál ha sido la respuesta del público al nuevo Extremúsika?
C.L.: A pesar de la meteorología, el público respaldó el regreso del festival. Con más de 400 trabajadores sin parar y 38.000 espectadores, Extremúsika venció a la lluvia con éxito. Ninguna suspensión, todos los servicios funcionando correctamente, público satisfecho…Vaya, un éxito y no sin esfuerzo. Costó mucho levantar un evento que requiere de mucha coordinación y de un equipo humano extraordinario. Podemos decir con la boca bien grande que Extremúsika ha vuelto para quedarse y que Cáceres tiene marca para rato.
R.P.: Extremúsika, Alcazaba Festival, Stone & Music Festival, tres grandes festivales para nuestra tierra. ¿Extremadura responde ante estos eventos?
C.L.: Cuando lo que ofreces es un producto de calidad, cuidado y con un equipo humano preparado y profesional, es difícil que algo falle. El público quiere marcas que supongan un punto diferenciador y que ofrezcan un producto de calidad. Y esa es nuestra máxima. Trabajar por y para el público. Creamos marcas que son un concepto en sí mismas, que van más allá de la programación de conciertos y que suponen una experiencia para el público en muchos aspectos. Es un trabajo difícil, pero que estamos superando con nota gracias al público extremeño que responde a nuestra oferta y al apoyo de las instituciones y marcas implicadas.
R.P.: Y de fuera de Extremadura, ¿viene mucho público? ¿En qué proporción?
C.L.: Tenemos datos contrastados que podéis consultar en las diferentes webs de los certámenes que organizamos. Gracias al control de venta de entradas por internet podemos saber desde dónde se adquieren las localidades. Por ejemplo, en Extremúsika el 73% del público procedía de comunidades autónomas diferentes a Extremadura, siendo Madrid y Castilla y León quien más espectadores aportó. En el Stone 2017 recibimos más de 47.000 espectadores procedente de 48 provincias españolas, e incluso de Argentina, Japón o EEUU. Conseguimos más de 3.000 impactos en medios de comunicación, lo que supone una inversión superior a los 15 millones de euros. Llegamos a casi dos millones de personas cada semana a través de las redes sociales. Son datos que dan vértigo pero son el fruto del trabajo bien hecho de un equipo envidiable.
R.P.: Supongo que la máquina de organizar los próximos eventos estará ya en marcha. ¿Algún nombre para futuros conciertos que podamos conocer? ¿Alguna pista?
C.L.: Trabajamos durante todo el año. Reuniones de equipo, con instituciones, con artistas, con oficinas. Análisis constantes de las demandas del público. No paramos un solo mes del año. El equipo es una máquina engrasada sabiendo de las necesidades de cada certamen. No puedo adelantar mucho, sólo que si siguen hacia delante volverán a contar con los mejores nombres del panorama musical nacional e internacional. Pronto anunciaremos nombres, porque hay mucha expectación al respecto y somos conscientes de ello, por eso es fundamental trabajar con paciencia sabiendo que no podemos fallar al público y siendo conscientes de la calidad del producto que ofrecemos.
R.P.: Para terminar, miremos al futuro y veamos Extremadura de aquí a unos años. ¿Llegará a formar parte del circuito de grandes festivales de España?
C.L.: No hay que mirar al futuro, podemos mirar al presente con ilusión porque ya son parte de los circuitos internacionales. Y no nos sorprende porque se está trabajando de forma muy seria y rigurosa. Las marcas crecen con los años, pero cuando las lanzamos existe un trabajo previo que nos garantiza que van a tener un calado más allá del número de ediciones. No voy a decir que sea fácil, porque esto tiene un trabajo brutal y es necesaria la implicación de todos si queremos mantener unos eventos que son la envidia de muchas regiones. Nuestro compromiso es con el espectador, y ahí nos encontraréis siempre trabajando con ahínco.
Muchas gracias Carlos por este rato tan agradable que hemos pasado y por conseguir que disfrutemos con cada nota que escuchamos en estos festivales.