La jornada de este viernes, 19 de julio, en el Festival Folclórico Internacional de Extremadura arranca con una exhibición de todos los grupos en un escenario instalado en la plaza de San Juan, frente al Ayuntamiento, para posteriormente subir al salón de plenos del Palacio municipal donde las autoridades locales y regionales recibirán a las agrupaciones y realizarán el intercambio de regalos.

Por la tarde, a las 22:00, el Teatro López de Ayala acoge la segunda de las galas, con la participación de grupos procedentes de México, Panamá y Almendralejo.

Desde México llega el Ballet Folklórico de Tamaulipas, originarios del puerto de Tampico, Tamaulipas. Fue fundado en 1984, han recorrido gran parte de la Geografía Nacional, presentando su diverso espectáculo en los mejores foros de expresión cultural de México, y llevado la riqueza cultural de su tierra a más de 10 países de Europa y Latinoamérica. La dirección artística y coreografía está a cargo de la profesora Laura Rivera Montoya y el ingeniero Rodolfo Antonio Rivera Montoya.

Desde Panamá llega la Agrupación independiente Ballet Folklórico Panamá Fuerte Raza encargada de proyectar los bailes, danzas y músicas del folklore panameño que mantiene siempre la esencia de los bailes, con un toque de estilización.

Fundado en 2005, esta agrupación cuenta con un elenco de más de 50 jóvenes con amor hacia su folklore, proveniente de la ciudad capital del país y el área oeste que se reúnen semanalmente para practicar y perfeccionar su trabajo. Esta agrupación ha logrado año tras año participar en grandes galas folklóricas nacionales, internacionales y llevar la representación de Panamá por todo lo alto.

La representación de España llega desde Almendralejo de la mano de la Asociación Cultural y Folklórica Tierra de Barros. Creado en 1968, el grupo se consolida como uno de los más estables de la región extremeña. Cuenta con un gran prestigio del que hoy en día goza dada su manera interpretativa y puesta en escena de los temas tradicionales de Extremadura, en la que es admirado tanto por el enorme colorido de sus vestuarios extremeños como por el rigor en la ejecución de sus actuaciones.